Venezuela laboratorio musical

Por OneChot

De la bonanza de mercado, a la neo independencia

Venezuela desde siempre y por excelencia, ha fomentado el desarrollo de sobresalientes propuestas artísticas y esa florescencia ha sido muy notoria en el mundo de la música, que en décadas pasadas contaba con el apoyo y difusión de grandes consorcios discográficos y que ahora las redes sociales procuran hacer las veces de esos emporios.

En los años 80 y 90 se promovieron en el país innumerables cantautores de la mano de dos disqueras: Sonográfica y Rodven. Ambas tenían un abanico de artistas muy amplio en los que se destacaron Kiara, Yordano, Karina , Franco de Vita, María Conchita Alonso, Guillermo Davila, Floria Márquez, Ricardo Montaner, Luz Marina, Edvio Di Marzo, Melissa, Aguilar, Azabache, Daiquirí, Elisa Rego, Guillermo Carrasco, Soledad Bravo, Óscar D’León, Trina Medina , Colina, Mirla Castellanos, Frank Quintero, entre muchos, que se escapan de mi memoria.

Muchos de estos artistas han dejado  la escena musical y otros se han a adaptado a los cambios, por cierto abruptos, del mercado de aquellos tiempos de bonanza, a otros muy diferentes, los de la autogestión. También hubo bandas juveniles de música rebelde, contestataria o de rumba como Sentimiento Muerto, Desorden Público, Amigos Invisibles, Caramelos de Cianuro y Zapato 3, que, exceptuando la primera ya extinta, han ido mutando de la época dorada, a la modernidad independiente en forma excepcional.  Del Sentimiento Muerto, su vocalista Pablo Dagnino, se junto con otros integrantes dándole vida a Los Pixels una banda de Rock que lleva ya dos décadas de trayectoria musical.

Estas bandas han logrado una internacionalización soñada y una cantidad de seguidores que los elevan como referentes mundiales. Subsistiendo a la crisis actual venezolana, como el caso de Desorden Público y Caramelos de Cianuro,  o residiendo en el extranjero, como  Los Amigos Invisibles y Zapato 3, todos se las han arreglado para brincar el paradigma de la era de las disqueras a la era independiente. Mi propia experiencia con OneChot & The BadMan Orchestra también es un claro ejemplo de autogestión e independencia profesional.

En otros estilos, Venezuela nunca tuvo un mayor desarrollo, si la comparas con otros países del continente como Brasil, Argentina o Colombia. Pero en la música popular masiva fuimos, sin lugar a duda, referentes obligatorios a la hora de hablar de fenómenos masivos de difusión musical.

No obstante, es parte de ese proceso de adaptación el que describe perfectamente la capacidad de mutación que tienen nuestros artistas. Sin duda alguna, en tiempos remotos el talento no requería saber sobre distribución, promoción o elaboración del producto musical. Sin embargo, los nuevos tiempos y el cambio de metodología en la industria hacen que los artistas se inmiscuyan más en este tipo de procesos y los hace más completos. A tal punto que un músico venezolano sabe desde afinar su instrumento, hasta cuadrar sus giras de medios, promocionar sus shows e interactuar con su público. Estas cualidades ya forman parte de nuestra cotidianidad, dentro o fuera del mapa de Venezuela.

Las eventualidades que surgen en el devenir artístico son llevaderas cuando un talento esta preparado y dispuesto a asumir sus retos. Así, vemos como un guitarrista puede conectar sus cables, afinar su instrumento y responder preguntas en entrevistas, al igual que un baterista, un bajista, un tecladista o un cantante. Todos estamos preparados para todo y eso nos convierte en súper artistas.

La verdad es que soy de los que piensa que la industria se benefició desde el punto de vista humano con el cierre de las grandes corporaciones discográficas, pero sí reconozco que se perdió ese alcance global que teníamos en otros tiempos. Aunque nuestras bandas actuales están cada vez están más presentes en grandes festivales internacionales de renombre, esto no necesariamente repercute en un aumento significativo de la venta de sus discos.

Pienso que en nuestro ámbito, no se vive de las ventas de álbumes en el negocio musical, más bien son las presentaciones en vivo las que hacen posibles los ingresos para la sobrevivencia. Quizá un oyente no pagó por tu disco, que por cierto cada día son más escasos, pero si va a tus conciertos y eso contribuye a los ingresos del músico.

La vida da muchas vueltas y quizás las megas corporaciones del entretenimiento reaparezcan, aunque  tengo mis dudas, pero lo que si no deja duda, es que muchos artistas nos hemos convertido  en creadores integrales, gracias al cambio de paradigma comercial.

20 de Junio del 2019

OneChot