Metamorfosis de la musicalidad en Venezuela

Por OneChot

Esta Caraota Musical será una columna de opinión con la firma de quien suscribe   Juan David Chacón aka OneChot , periodista, músico, compositor y cantante.

Esta columna formará parte de la acreditada red informativa Caraota Digital.  Aquí hablaremos de la música y sus actores principales en Venezuela en el contexto actual.

Para nadie es un secreto en nuestro país, el cierre abrupto de establecimientos nocturnos y otros escenarios dedicados a la música y al arte en general, que servían de vitrinas para las bandas venezolanas de distintos géneros musicales, de largas y recientes trayectorias.

Locales dedicados al Rock, Reggae, Salsa, Jazz, Electrónica, Hip-Hop o simplemente sitios donde se exponían diversos estilos musicales, han ido cerrando sus puertas o adaptándose a los requerimientos de las nuevas generaciones que se caracterizan por la particularidad de disfrutar estilos más frívolos como el Reggaetón o el Trap.

No obstante, las bandas de calidad interpretativa no han desparecido.  Muy por el contrario, han seguido surgiendo estupendas agrupaciones en todos los géneros, que demuestran, una vez más, aquella máxima que dicta que en tiempos de crisis nacen las mejores manifestaciones del sentir humano.

De esta manera, notamos la existencia de bandas que convergen en esta nuestra maltratada ciudad, que, además de ser considerada una de las más peligrosas del mundo, es indudablemente una de las más prolíferas en cuanto al desarrollo de estilos musicales.

Enumerar estas bandas  no sería fácil porque en cada renglón musical al menos hay dos grandes agrupaciones que destacan por sus letras, rítmicas, armonías e interpretaciones en vivo. Pero a lo que me  voy a referir en esta primera entrega de Caraota Musical es cómo se ha ido ampliando el espectro de acción de la musicalidad venezolana, saliendo de los horarios nocturnos y los sitios cerrados, y llevando la música a la cotidianidad de la cuidad en otros horarios más familiares.

Por un lado, es bastante importante para el soporte de la actividad musical nacional la permanencia de espacios culturales como el Centro Cultural Chacao, el Centro Cultural BOD o el Goethe-Institut, entre otros, que se encargan de llevar una agenda de conciertos con muy buena aceptación y afluencia del público en sus salas. Su programación propicia la presentación de discos, vídeos o sencillamente se realizan conciertos de  bandas de diferentes estilos y géneros musicales.  Igualmente, se realizan ciclos temáticos, que abordan temas como las tendencias musicales del país en diferentes épocas. Actividad que atrae a un sector de la población que busca indagar acerca de tales particularidades. Nuestra aspiración es que estas salas continúen su proliferación en nuestro país, para el beneficio y disfrute de todos los amantes de la música y seguidores de la movida musical nacional.

Por otro lado, también se observan las ferias al aire libre que conjugan la gastronomía y las artes, entre ellas las musicales. Este es el caso de festivales como el Baruta Gastronómica, el cual lleva los conciertos a plazas en horarios diurnos, que, sin duda, inaugura un escenario distinto al devenir clásico de la musicalidad en Venezuela, que se caracterizaba por ser el mayor atractivo de la vida nocturna de la cuidad.

También comienzan a aparecer interesantes espectáculos de productores independientes,  lejos de locales de esparcimiento, que incorporan locaciones de carácter privado,  dónde desarrollan espectáculos que fusionan disímiles  estilos, conjugados con la gastronomía, la fotografía  y artes plásticas, como es el caso de Bajo el Árbol .

Quién sabe hacia dónde se dirigirá esta nueva fase de la musicalidad en Venezuela, pero lo que sí está más que claro es que, lejos de desaparecer, la música se adapta y se cuela en lugares donde en el pasado no se veía y refuerza la máxima que dicta que en tiempos de crisis afloran las mejores tendencias artísticas porque esto no sólo se ve reflejado en la música sino en el arte en general: Microteatros, ExpoTatoo, ExpoSexo, Comic Con y otras manifestaciones del entretenimiento que se han afianzado con el pasar del tiempo.

Para nadie es un secreto el deterioro  de la calidad de vida del venezolano,  y, sin lugar a dudas, que estas manifestaciones del entretenimiento y del arte han fomentado alternativas para el disfrute de las nuevas generaciones y del público de siempre, para acercarse a su música predilecta.

No menos importante, son los espacios de la calle donde es común ver artistas expresándose de forma directa con los transeúntes. Puedes ver raperos cantando en vagones del Metro o los clásicos indígenas tocando sus piezas en bulevares o plazas públicas. La gama de cantautores de calle ha proliferado y ello también ha configurado una  forma de sobrevivencia, de subsistencia, en la búsqueda de recursos para envestir las actuales adversidades, que hay que sortear a diario.

La música en la urbe caraqueña ha roto las barreras del espacio convencional y se ha trasladado a cualquier espacio que se preste para montar un set. Una esquina, una plaza, un carrito por puesto, un parque, un auditorio, el patio de una casa o cualquier locación que se preste para la realización de un evento artístico y cultural. Los productores de eventos han sabido adaptarse a los cambios que impone la crisis y han llevado la música a escenarios urbanos que antes no eran habituales. Esto podría decirse que es un aspecto positivo en medio de todo lo malo que vivimos en la actualidad,  el arte en general se expande por medios no convencionales e inexplorados en el pasado reciente.

De cada situación negativa el venezolano se reinventa y genera oportunidades y de eso exactamente se trata: saber sobrellevar el agudo devenir actual.  Así que a medida que la situación se va poniendo más cuesta arriba, el artista venezolano siempre encuentra la forma de hacer llegar su obra al público, que lo espera en confabulación con los productores de oficio.

Caracas, 17 de abril de 2019.

OneChot